La intervención se lleva a cabo en un local de moderada escala situado en la Avenida Miguel Ángel Blanco, una de las arterias principales que conectan el centro de la ciudad de Valladolid. El local, de planta ortogonal, cuenta con una fachada al exterior quebrada y completamente abierta a la avenida.
El principal reto del proyecto consistió en dotar a un centro Odontológico de un carácter singular combinando la propia limpieza estética que debe de tener una clínica dental con elementos y acabados que provienen del paisaje mediterráneo, dado el origen y la raíz del proyecto.
El núcleo de la intervención se resuelve con una “caja de vidrio” que luce un olivo liofilizado volcándose a la fachada de calle. Esto permite configurar y separar espacios tales como la sala de espera, generando una nuevo mural y trasladando el espacio hacia el exterior.
Los acabados se generan uniendo los mundos de ambas ideas expuestas. Se emplean detalles en madera DM lacada en blanco y madera chapada en roble. El espacio se completa con un paño de mortero gris fratasado y el suelo en porcelanico de acabado cementoso. Una pletina de madera marca la escala doméstica y ata toda la intervención.